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COMO DUENDES
Va cayendo la tarde
Va cayendo la tarde
compases, credos lacustres
colgados en la gotera del tiempo.
Un aprendiz
le sonríe a la tardanza
levanta su voz
se mira en el espejo,
¿ a dónde llegará?
su corte de papalotes,
de andarines sin bostezo
al tributo de una estrella.
Si ya escaso resulta el día
para cambiar tantos naufragios,
será mejor vestirse de raro,
andar como duendes
que no alquilan peldaños
aunque la burla se aproxime
y nos toque a la puerta.
REYNALDO ARMESTO OLIVA . CUBA . IWA
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